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Primeros pasos

Europa medieval

La noción de derecho de autorse remonta a Europa del siglo XIII, aunque no hay consensos claros al respecto, se cree que los irlandeses fueron los primeros en establecer restricciones sobre las obras literarias. Posteriormente la Reina Ana establece restricciones para proteger los derechos de autoría de determinadas creaciones literarias, creando el primer marco normativo que se conoce "El estatuto de la Reina Ana".

La iglesia toma la iniciativa

Los gobiernos apoyan

Años después se propiciaron otros movimientos de características similares  impulsados por la iglesia con apoyo de los gobiernos, buscaban proteger la impresión y distribución de obras literarias, se dice que el primer libro en ser regulado fue el "Rerum yenetarum ad urbe condita" escrito por Marco Antonio Cocio Sabelico en 1846.

Tratado de Berna

Primera edición

Desde entonces se sucedieron múltiples acciones en los diferentes países con regulaciones de muy diversa naturaleza para intentar regular obras literarias, musicales, gramaticales y artísticas.

Un punto de inflexión tuvo lugar en Berna (Suiza) el 9 de septiembre de 1886, donde se redactó la primera versión de lo que se conoce como el "Tratado de Berna", fue el primer acuerdo internacional que estipuló un marco normativo para la protección de obras literarias y artísticas. 

Puedes consultar el tratado aquí.

Un siglo después

Par´ss

Desde esa fecha y hasta su última actualización en 1971 en Paris, enmendada en 1979 se registraron muchas actualizaciones. Claro que todo cambió con el surgimiento de internet.

Internet lo cambió todo

Tratados y globalización

En 1996 el "Tratado de Derecho de Autor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual" fue creado para incluir las particularidades surgida a partir de las nuevas tecnologías de la información y la emergente potencialidad de Internet, elementos que no existían en el Tratado de Berna.

En este sentido coexisten múltiples normativas nacionales y acuerdos internacionales que establecen marcos legales para la regulación de las obras, ya que con la digitalización y el acceso a Internet la velocidad de creación, distribución y reproducción creció exponencialmente.